En un 27% se desplomó el rublo frente al euro, luego que la Unión Europea bloqueara las transacciones con el Banco Central de Rusia, hecho que no ocurría desde la década del 90. La máxima entidad financiera rusa reaccionó elevando del 9,5 hasta el 20% la tasa de interés, de manera que pueda combatir la inflación, además de controlar el flujo de capitales. En algunos bancos, especialmente de Moscú, hubo largas filas de personas que querían retirar su dinero.
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