Tras cinco años y medio de trabajos de reconstrucción, de paredes dañadas y la instalación de un nuevo techo y una nueva iluminación modulable, este sábado se reabrió oficialmente la Catedral de Notre Dame, la catedral gótica de más de 860 años de antigüedad (data del año 1.163). El edificio sufrió graves daños en un incendio y se debió invertir unos USD 770 millones de dólares para recuperar la estructura arrasada por el fuego. En una ceremonia encabezada por el Arzobispo de París, Laurente Ulrich, quien luego de golpear tres veces con su bácula las puertas de la Catedral, las que se abrieron para dar paso a al Presidente Emmanuel Macron, la primera dama Brigitte Macrón y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, que ingresaban acompañados con la música del Coro Oficial de la Catedral. Esperándolos dentro de la Catedral, estaban los 40 mandatarios y unos 1.500 invitados, para evitar mojarse, en la lluviosa tarde parisina. Entre los invitados se podían distinguir a Donald Trump, Presidente electo de EE.UU, Elon Musk, el Presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, el Principe William, el Príncipe Alberto de Mónaco, el Presidente de Alemania, Frank Walter Steinmeier y la Primera dama de Estados Unidos, Jill Biden. No estuvo presente el Papa Francisco, para dar protagonismo al Estado francés y a quienes aportaron en su reconstrucción, recordando que Notre Dame no es propiedad de la Iglesia Católica, sino del Estado francés.
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