Tras el verdadero “impasse” protagonizado por el presidente colombiano, Gustavo Petro, en el cual en apenas 12 horas pasó de la altivez a la sumisión con Donald Trump, por el tema de los deportados, otros mandatarios latinoamericanos han preferido actuar de forma distinta frente al mismo tema. Más cautos han reaccionado, tanto la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, como el Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, por los vuelos con compatriotas deportados a sus respectivos países. De acuerdo a la mandataria mexicana, hasta este lunes pasado, su país había recibido a 4.094 deportados desde los Estados Unidos, en la primera semana de la administración de Trump. Al menos cuatro aviones norteamericanos han aterrizado en suelo azteca. Se estima que en Estados Unidos hay unos 5 millones de mexicanos indocumentados. Por su parte, Lula Da Silva, manifestó su molestia por los 88 brasileños deportados, que viajaron esposados, en un avión que presentó problemas, solicitando a su Cancillería que se contactara con el encargado de negocios norteamericano en Brasil, para evitar que esta situación vuelva a suceder.
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