El sarampión, una enfermedad viral altamente contagiosa, representa un riesgo serio para la salud y puede incluso ser mortal. Se transmite fácilmente a través de gotas de aire expulsadas por la nariz, boca o garganta de una persona infectada, y el virus puede permanecer activo y contagioso en superficies o en el aire durante hasta dos horas. La experta en inmunización y académica del Depto. de Enfermería de la Universidad de La Serena, Alexandra Willeke, explica que “los síntomas iniciales incluyen fiebre alta, rinorrea, tos, conjuntivitis y pequeñas manchas blancas en la cara interna de las mejillas; luego aparece una erupción generalizada en todo el cuerpo, sin embargo, el sarampión puede derivar en complicaciones graves como infecciones de oído, diarrea severa, laringotraqueobronquitis, neumonía y encefalitis, inflamación del cerebro que puede tener consecuencias fatales”. Asegura además que “actualmente no existe un tratamiento antiviral específico contra este virus y que, por lo mismo, se debe ser cauteloso y tomar medidas preventivas para evitar contagios y sobre todo, vacunarse”. Gracias a campañas de vacunación, Chile logró eliminar el sarampión en 1993, y en 2016, la Organización Mundial de la Salud -OMS- declaró su eliminación en toda América. Sin embargo, por los nuevos casos aparecidos en el continente, el Minsal llama a los nacidos entre 19971 y 1981, que no tengan un registro válido de dos dosis de la vacuna SRP.
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