En un contexto político marcado por escándalos de corrupción y denuncias de acoso sexual dentro del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ha reafirmado su determinación de continuar al frente del ejecutivo, descartando un adelanto electoral. Durante un acto público en Extremadura, Sánchez declaró que «merece la pena gobernar, aunque sea en estas circunstancias», subrayando su compromiso con la transparencia y la contundencia en la gestión de las crisis. Esta postura contrasta con análisis de medios como El País, que describen la situación como un «noqueo» al gobierno, aunque reconocen que Sánchez mantiene firme su rechazo a convocar elecciones anticipadas. La resistencia de Sánchez se sustenta en el sistema parlamentario español, que otorga al presidente del gobierno la exclusividad para convocar elecciones. Expertos políticos como Antonio Caño, exdirector de El País, explican que, aunque la oposición podría presentar una moción de censura, la fragmentación del Parlamento—con partidos independentistas catalanes y vascos que prefieren un gobierno débil—dificulta cualquier intento de destitución.
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