Este viernes, el Parlamento de Nicaragua, dominado por el Frente Sandinista, afín al Presidente Daniel Ortega, aprobó una reforma constitucional que somete a los poderes del Estado al Ejecutivo, aumenta el control de los medios, amplía el periodo presidencial a seis años y crea los cargos de copresidente y copresidenta. El paquete de reformas “hecho a la medida” para Ortega fue aprobado “con carácter de urgencia” en primera legislatura, con el voto unánime de la mayoritaria bancada sandinista. Según la Constitución nicaragüense, las reformas a la Carta Magna deben ser aprobadas en dos periodos legislativos antes de que entren en vigor. La actual legislatura finaliza en diciembre y la siguiente inicia el 10 de enero de 2025, cuando la reforma quedaría aprobada de forma total, estimó el presidente del Parlamento, Gustavo Porras. Desde la oposición criticaron inmediatamente el hecho que el mandatario nicaragüense, estaría “legalizando una dictadura” centrando el poder absoluto, no solo en su persona, sino además en el de su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo. La Organización de Estados Americanos (OEA) ha acusado a la pareja presidencial de intentar “incrementar su control absoluto del Estado y perpetuarse en el poder”.
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