Durante este domingo de Pascua, un convaleciente Papa Francisco se apareció desde el balcón de la Basílica de San Pedro, en silla de ruedas, a una multitud de unas 35 mil personas, que se congregaba en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, para desearles una “Feliz Pascua”. El discurso papal, fue leído por Diego Ravelli, arzobispo y maestro de ceremonias. En el texto, el Sumo Pontífice señalaba “Qué gran sed de muerte, de matar, vemos en tantos conflictos que se desencadenan en diversas partes del mundo” y su pensamiento fue hacia la gente de Gaza. Sin embargo, también le preocupa el aumento del antisemitismo a nivel global y la guerra en Ucrania, que debe encaminarse hacia “una paz justa y duradera”. Finalmente, el Papa entregó la bendición Urbi et Orbi (latin, a la ciudad y al mundo). Luego recorrió la Plaza en un papamóvil descapotable para bendecir a los bebés que se encontraban junto a sus padres. A primera hora, se había reunido en la Casa Santa Marta, en el Vaticano, con el vicepresidente de los Estados Unidos, JD Vance, donde se habló de los conflictos bélicos en el mundo, las crisis humanitarias, los refugiados y los migrantes.
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