En una reciente entrevista, la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, ofreció un análisis profundo sobre los resultados de las elecciones presidenciales, defendió la labor del gobierno en materia de seguridad pública y realizó una crítica interna hacia lo que denominó «esnobismo» dentro de su sector político. Orellana, miembro del Frente Amplio, reconoció desafíos significativos tras la derrota de la izquierda, señalando que el crecimiento de solo 600.000 votos en un padrón electoral en expansión es preocupante, y atribuyó parte del éxito del presidente electo José Antonio Kast a su cambio de discurso identitario. La ministra defendió enfáticamente que la seguridad pública fue una prioridad desde el inicio del gobierno, destacando esfuerzos en el combate al crimen organizado y la gestión de movilizaciones sociales. Aunque admitió problemas en la instalación inicial de la exministra del Interior, Izkia Siches, argumentó que su administración dejó al país con mejores capacidades institucionales y estrategias antes inexistentes. Además, abordó casos polémicos de convenios estatales, afirmando que su partido actuó con severidad frente a militantes involucrados y reconociendo errores en su propio manejo comunicacional.
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