A solo 45 días de haber llegado al Gobierno, Javier Milei enfrenta una de sus más duras pruebas, el rechazo de los trabajadores argentinos, hecho que se vio confirmado este miércoles, con la gran protesta convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT). Con una masiva asistencia calculada -según los organizadores- en más de 500 mil manifestantes, cifra que contrasta con las 80 mil personas que calcula la policía porteña y el Gobierno, la protesta hizo meditar a todos. Esta fue la tercera vez que la capital argentina vive un hecho similar en contra del recién asumido presidente que lleva apenas un mes y medio en el poder. Las protestas, cacerolazos y llamados a manifestarse en contra de Milei, han sido la tónica de las últimas semanas. Jubilados, inquilinos, activistas ambientalistas, trabajadores de la cultura y sobre todos sindicatos, fabriles, han logrado fisurar la tranquilidad de una administración que, desde que asumió, señaló que el camino iba a ser duro, para volver a hacer de Argentina una potencia. Milei ha reprochado al sindicalismo trasandino de crear “dos Argentinas”. “Hay una que se quiere quedar en el pasado y en la decadencia, y otra que nos pone en el camino de ser un país desarrollado, que es el que nosotros proponemos”, acusó el presidente el lunes en una entrevista. El martes, su portavoz, Manuel Adorni, fue aún más duro, y acusó a la CGT de estar “del lado equivocado de la historia” y “en contra de la gente que trabaja”.
Suscríbete al boletín:
Suscribete Gratis