El Megapuerto de Chancay, inaugurado virtualmente por la presidenta peruana Dina Boluarte y el presidente chino Xi Jinping, promete revolucionar el comercio entre Sudamérica y Asia. Propiedad de la empresa estatal china Cosco Shipping y la minera peruana Volcán, el megapuerto ubicado a más de 80 kilómetros de Lima, se presenta como un hub portuario crucial que podría alterar la dinámica comercial en la región. Con una inversión de cerca de 4 mil millones de dólares, el proyecto no solo aumentará el empleo y beneficiará las exportaciones regionales, sino que también podría redefinir rutas comerciales, desafiando directamente la competitividad de los puertos chilenos y atrayendo a países como Ecuador y Brasil que ven una oportunidad de optimizar sus exportaciones hacia Asia. Chile observa con preocupación la posible reducción de carga en sus puertos, especialmente en San Antonio, Valparaíso. Expertos chilenos y peruanos reconocen que Chancay puede disminuir la demanda de los puertos chilenos, afectando su economía. Sin embargo, el posicionamiento estratégico del megapuerto y su tamaño lo posicionan como un jugador clave en la región. La exministra peruana Paola Lazarte argumenta que el nuevo puerto ofrecerá tiempos de viaje más cortos y costos reducidos, beneficiando a todos los países que decidan aprovechar esta nueva infraestructura. El economista Alejandro Indacochea lo celebra como un “día histórico”, sugiriendo que Chancay podría convertirse en el nuevo Hong Kong latinoamericano, lo que refleja su potencial para transformar el panorama logístico y comercial en Sudamérica.
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