“Mataquito Río Abajo”: Una loca y mágica experiencia, donde el centro no necesariamente queda en la mitad | Publimicro

“Mataquito Río Abajo”: Una loca y mágica experiencia, donde el centro no necesariamente queda en la mitad

Concebido como en evento medio ambiental cultural, familiar y recreativo, la loca idea de un hualañecino, hoy es una verdadera fiesta econavegable que ha traspasado sus fronteras, a tal punto que ha puesto en el mapa del mundo a la cuenca del Mataquito.

Si hay algo que caracteriza a Marcelo Abarca es su energía. Hiperveloz con las palabras, cada vez que relata las aventuras que se viven en su iniciativa de “Mataquito Río Abajo”, es como si navegáramos por las torrentes fluviales de este afluente maulino, con la rapidez de un rayo. Cuerpo y alma de la agrupación del mismo nombre, Marcelo no se cansa de explicar los orígenes de su grupo de amigos, quienes siguiendo un descabellado sueño, finalmente lograron dar vida a un fascinante proyecto de econavegación.

Nacido de los deseos de esta verdadera cofradía marinera, Marcelo se preguntó un buen día del 2016 ¿cómo podemos visibilizar el creciente daño ecológico que está teniendo el Río Mataquito, con la contaminante presencia del ser humano, sus desechos de basura y la falta de respeto hacia el medio ambiente? La respuesta fue simple y clara…con una competencia de balsas. Sí, así de simple. Tal como se lee.

Un llamado a la conciencia ambiental
“Cuando pensamos hacer una competencia de balsas en el Río, que descendieran por 15 kilómetros, el tramo Peralillo-Puente Paula-Hualañé, en cuatro horas, nunca pensamos en quién lograba la mejor marca, sino en quién podía construir, con elementos desechables, las mejores y más locas balsas que pudieran navegar por todo lo largo y ancho del río. Sólo así creíamos que podíamos combinar un llamado a la conciencia ambiental y a la labor de reciclaje que tanto necesita el medioambiente, con el deseo de aventura que todos llevamos dentro. Con todo lo que ha pasado estos años y el éxito que hemos logrado, parece que no nos equivocamos”, sostiene Marcelo Abarca.

“El tema es simple”, comenta, este activador. “En Mataquito Río Abajo, queremos que participen todos aquellos que se atrevan a construir una balsa con materiales desechables que puedas encontrar, por ejemplo, en tu casa”, indica. “Si bien lo puedes hacer sólo, sin duda es mil veces mejor que se construya en familia o con los amigos, dando rienda suelta a la creatividad, esa es una de las gracias de este proyecto”, señala este creador.

Tras guardar un particular y extraño minuto de silencio, Marcelo se vuelve a conectar con el mundo e inmediatamente comparte alguno de sus recuerdos en torno al tema. “En todo el tiempo que estamos con el proyecto, no hemos conocido ningún diseño de balsas igual a otro. Obviamente, debe construirse con elementos que puedan flotar. Han participado desde las típicas balsas hechas con cámaras de vehículos, pasando por otras hechas con botellas, bidones, madera. ¡Mi propio bote, años atrás era un refrigerador….!!!”, recuerda Marcelo muerto de la risa.

El objetivo principal de “Mataquito, Río Abajo”, es concientizar. Es hacer un llamado al alma misma de los seres humanos, para cuidar y preservar este río maulino, cuyo hábitat es cuna de gran parte de la flora y fauna regional. A través de unas bases previamente establecidas, quienes deseen participar e unirse a esta gran fiesta de econavegación, pueden hacerlo visitando e inscribiéndose en el sitio www.mataquitorioabajo.com, donde encontrarán todo lo necesario para poder unirse a esta gran fiesta de amigos, que comienza este sábado 10 de septiembre a las 7 de la mañana y termina hasta que las velas no ardan.

Si bien son cuatro horas de navegación, donde decenas de balsas de mil y un diseños distintos, se confunden con el paisaje fluvial, hoy también la iniciativa cuenta con una etapa especial y exclusiva para kayakistas. “Durante varios años, nos dimos cuenta que muchos deportistas y sus kayaks por las suyas, nos acompañaban en nuestra travesía, se metían entre las balsas, iban, volvían y de alguna forma, aunque no estaban integrados, lo pasan chancho igual. Entonces, en vista de ello, decidimos incorporarlos al evento. Y hoy tienen una travesía hecha sólo para ellos.”, comenta Marcelo.

Para quienes tengan algún grado de desconfianza o miedo al agua, en “Mataquito Río Abajo” han pensado en todo. De hecho, uno de los requisitos básicos para participar con sus balsas, es que quienes lo hagan deben sí o sí saber nadar. Para mayor tranquilidad de los participantes, la seguridad corre por cuenta de otro selecto grupo de invitados, la ONG SAR Maule, un colectivo de búsqueda y rescate de Talca, que -según Marcelo Acosta”- “son 15 ángeles que nos cuidan”. A bordo de kayaks, motos de agua, bananos, vigilan todo el trayecto previniendo cualquier accidente que, de ocurrir, son los primeros en ir en salvamento del o los afectados, sin que hasta ahora hayamos tenido que lamentar algún accidente.

“Mataquito Río Abajo” es una actividad súper noble”, dice el líder de esta agrupación. “Aunque no tenemos un peso como organización, convocamos a centenares de entusiastas que en cada evento se unen en masa a esta cruzada en defensa del río y de la naturaleza. “Llega gente de todo Chile a participar en este encuentro. Han venido desde la Región de Los Ríos, desde la Serena participo en una oportunidad la Universidad Santo Tomás, Concepción, Alto Bío Bío, y este sábado llega un bus de Santiago con grafiteros que van a pintar todas las pilastras del río con mensajes ecologistas. Junto con atractivos premios a los primeros lugares, donde se juzga menor emisión de CO2, o que demuestra mayor creatividad de uso en energías renovables. Además, todo finaliza con un gran evento musical bajo las pilastras a orillas del río.

“Es tan heavy lo que pasa cada vez que nos juntamos, que un escultor colombiano una vez me dijo, Marcelo, esto es el centro. El centro no necesariamente queda en la mitad…y con eso me dejó loco. Bueno, eso es lo que queremos hacer con todo el mundo, que se vuelvan locos viviendo una experiencia única y mágica, navegando en su balsa por el Río Mataquito, Río Abajo”, dice Marcelo Abarca quien confiesa que si no fuera por la ayuda de todos los amigos y voluntarios que trabajan desde hace años en el proyecto, este sueño jamás se hubiera hecho realidad. Si hoy somos lo que somos, es gracias a todo este equipo de trabajo.

Rio Mataquito Abajo Una loca y mágica experiencia, donde el centro no necesariamente queda en la mitad

Rio Mataquito Abajo Una loca y mágica experiencia, donde el centro no necesariamente queda en la mitad

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