A un año de la entrada en vigencia de la Ley Karin, los resultados entregados por Mutual de Seguridad no solo cuantifican el uso de este nuevo mecanismo de denuncia y contención, sino que dibujan una radiografía del clima laboral en Chile. Desde su implementación, Mutual ha recibido casi 10.500 requerimientos de Atención Psicológica Temprana (APT) por Ley Karin, de los cuales se han materializado el 85% (9.000), esta diferencia se produce porque la persona desiste de atenderse. Lo más significativo, sin embargo, no es solo el volumen: el 81,4% de estas activaciones responde a denuncias por situaciones de eventual acoso laboral —hostigamientos reiterados, maltrato psicológico y relaciones deterioradas entre compañeros o con jefaturas—, mientras que un 11,5% se refiere a hechos de violencia física o verbal, y un 5,4% corresponde a situaciones de acoso sexual. La distribución de estos casos obliga a repensar ciertas percepciones instaladas. “La Ley Karin no solo llena un vacío legal, sino que instala un nuevo estándar cultural en el trabajo: uno en que el respeto y la salud mental no son negociables. Lo que estamos viendo no es una crisis emergente, es una realidad que ha salido a la luz”, afirma Héctor Jaramillo, gerente de Seguridad y Salud en el Trabajo de Mutual de Seguridad.
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