Una víctima inocente se sumó al largo historial de egoísmo y miseria de gobiernos cuando solo piensan más en política, que en los derechos de las personas. Es precisamente lo que ocurrió cuando un niño maldivo de 13 años, que luchaba contra un tumor y un derrame cerebral, murió el sábado después de que el presidente de Maldivas, Mohammed Muizzu, se negara a permitir que se utilizara un avión Dornier enviado por India para su evacuación médica. La familia del niño había solicitado una ambulancia aérea para transportarlo desde la remota isla de Wilmington, en Gaaf Alif Villingili, a la capital de Maldivas, Male, para recibir atención médica avanzada. El niño sufrió un derrame cerebral el miércoles por la noche, lo que llevó a su familia a buscar un traslado aéreo a Malé. Sin embargo, sus llamadas no recibieron respuesta hasta el jueves por la mañana, lo que provocó un retraso crítico de 16 horas. Y quién respondió, fue la compañía india Aasandha Company Limited, quién puso su avión a disposición del menor, pero por orden del gobierno maldivo, le fue negado el permiso a volar. El incidente tuvo lugar en medio de crecientes tensiones diplomáticas entre India y Maldivas.
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