Los de abajo pusieron a prueba nuestro umbral de la violencia | Publimicro

Los de abajo pusieron a prueba nuestro umbral de la violencia


Sebastián Fuentes Barraza
Sociólogo

Norbert Elias, sociólogo alemán, planteó que los deportes se desarrollaron en un proceso civilizatorio de la humanidad, que constó de controlar la violencia física de los juegos, otorgando paulatinamente un marco de reglas, sanciones, árbitros y organismos vigilantes de las reglas. De esta manera, los juegos mantenían la excitación que produce la competencia, pero sin desordenes y daños físicos. Para ejemplo, lo llevo a los juegos del coliseo romano que incluían la muerte de humanos, lo que nos parecerá a día de hoy patológico porque la tolerancia a la violencia ha disminuido. Sobre esto, Elias decía que el umbral de la violencia es alto en sociedades menos civilizadas.

Es entonces contradictorio que, habiendo reducido la violencia de los juegos competitivos y naciendo los deportes, los espectadores empleen violencia. En el caso del fútbol la violencia está presente por las “barras bravas”, para los cuales la agresividad forma parte de ir al estadio. Este grupo a veces no es espectador del fútbol, pueden estar saltando de espaldas a la cancha y más preocupados de ofender a sus adversarios. Esto quedó de manifiesto este domingo en el clásico universitario, cuando en 30 minutos de un partido empatado a cero y no habiendo ningún hecho dentro de la cancha que incentivara a la violencia, una barra brava lanzó petardos con el fin de dañar el espectáculo. Es entonces el fútbol un espacio donde algunos van a hacer gala de su violencia, pero no el único.

El contexto político, para Norbert Elias, se relacionó con las condiciones para que surgiera el futbol, el cual fue Inglaterra y un régimen parlamentario. Tuvo que ser en un contexto en que los discursos y los votos eran el acceso a los gobiernos y no se temía por opositores que buscaran herir físicamente a sus adversarios, porque se confió en transiciones de gobierno sin violencia conforme a reglas. Podemos entender de esto, que en las sociedades civilizadas se autoimponen restricciones, por ejemplo, se puede marchar pacíficamente en nombre de demandas sociales, pero no quemar, destruir y robar en el acto, aquello es un retroceso civilizatorio en el cual se puede desarrollar temor a que los que no estén de acuerdo utilicen violencia.

Las “primeras líneas” de las marchas y las “barras bravas” probablemente son grupos humanos de características similares y tienen el mismo objetivo: encontrar un espacio para liberar violencia y exteriorizar su disconformidad con las normas sociales. La marcha es solo otro escenario como también lo puede ser una cancha de fútbol. Así como unos no van a ver fútbol, los otros no van a marchar, así, las primeras líneas son a las marchas lo que las barras bravas son al fútbol.

Acontecimientos como la violencia de la “primera línea” así como la de “Los de abajo” de este domingo deben ser condenadas, de lo contrario, se debe reflexionar si estamos retrocediendo en nuestro umbral de violencia.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Publimicro.

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