El rápido ascenso de Jeannette Jara en las últimas encuestas puede ser un presagio de lo que ocurrirá este 29 de junio en la elección primaria presidencial. Poco a poco se ha ido consolidando como una candidata fuerte, segura, y planteando una serie de ideas para hacer frente a las necesidades del país que no han estado lejos de controversia. En comparación, sus adversarios de la primaria se han mostrado más titubeantes y menos certeros a la hora de ofrecer un proyecto país que logre cierta credibilidad. Carolina Tohá se ve más cercana a las fórmulas del pasado reciente en materia socioeconómica y política, más bien cuidando la herencia de la ex–concertación y con una lectura de país más bien noventera que no logra cuajar en la opinión ciudadana. Por otra parte, Gonzalo Winter, con mayor arrojo y confrontación, mete el dedo en la llaga cuando apunta a la herencia de desigualdad que dejó la transición política de la dictadura a la democracia, detonando el enojo y la rabia de algunos en el socialismo democrático. Sin embargo, la ácida critica de Winter, no permite visualizar ideas nuevas en su propuesta, o más bien las nubla, y no se reconoce una impronta propia del candidato más allá de recoger el descontento de los últimos 30 años y ser la continuidad del gobierno de Gabriel Boric. Por el otro lado del fixture, lo propio sucede con José Antonio Kast que logra arrebatarle el primer lugar en las encuestas a Evelyn Matthei, que sigue a la baja. La irrupción de Kast lo perfila para ser la principal carta de la oposición en la disputa del sillón presidencial el próximo 16 de noviembre. Pero, ¿por qué Kast y Jara avanzan por sobre las, hasta hace poco tiempo, eran las cartas más seguras de oficialismo y oposición Tohá y Matthei?.
Las fórmulas utilizadas por uno y otro candidato apuntan a realidades distintas pero que además constituyen deudas pendientes. En el caso de Jeannette Jara, se hace cargo de las grandes demandas contenidas en el estallido social. A pesar de que parte de la oposición se ha empeñado en crear una realidad alterna a la que ha denominado “estallido delictual”, la verdad es que no es más que intentar “tapar el sol con un dedo”. Las demandas del estallido siguen latentes y no han sido para nada superadas. Las promesas de cambio o de “rechazar para reformar”, no fueron más que eso, promesas. La verdad es que muy poco cambió en materia de desarrollo social y económico y, más bien, el eje se centró en la crítica al escaso crecimiento y estancamiento del país. Jara haciendo eco de ello, vuelve a instalar la crisis de las AFP’s como instituciones de seguridad social y las demandas de la salud pública como pilares de un eventual gobierno, además de otras demandas urgentes, como, por ejemplo, la actual crisis en materia de vivienda. Es decir, Jara en vez de desmarcarse del estallido social, lo que hoy pareciera ser impopular en la opinión pública y los medios de comunicación, se hace cargo del mismo y vuelve a instalar las demandas sociales como urgencias. Esto sin duda le está dando resultado y está marcando una ventaja comparativa importante frente a la tibieza de sus contrincantes. En el caso de José Antonio Kast, la estrategia es diferente. Más bien se ha mantenido inalterable y sólido con su discurso, el cual no ha variado sustantivamente desde la última elección presidencial. Es más, el embate de la delincuencia y los últimos acontecimientos delictuales (crímenes y otros delitos de mayor connotación social), han logrado afianzar su posición de “mano dura”. Aunque su “talón de Aquiles” se encuentra en los llamados delitos de “cuello y corbata”. Aquellos delitos que se cometen con una ventaja de cierta posición social, ya sea por dinero o Poder, que sabemos son transversales al espectro político. Por otra parte, la aparición de Johannes Kaiser en la esfera política le ha favorecido. Al encontrarse Kaiser a la derecha de Kast, le ha ayudado a parecer un político más moderado. Entre la pérdida de votantes más ultra que optan por Kaiser, ha logrado recuperar votos de la centro derecha más tradicional, aquella que hasta hace poco se sentía más cómoda con Matthei. Con todo lo dicho anteriormente, resulta probable que tengamos un choque de tanques en la segunda vuelta presidencial entre Jara y Kast.
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