Un grupo de investigadores presentó un proyecto que busca alargar la vida útil de las frutillas, uno de los productos más demandados en Chile durante la primavera y el verano. Se trata de una innovación que utiliza levaduras nativas para generar un gas que permitiría mantener la calidad de la fruta. Este proyecto, liderado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), se ejecuta en conjunto con la Universidad de Santiago de Chile (Usach), casa de estudios que cuenta con 195 cepas de levaduras nativas de Saccharomyces cerevisiae, que tienen la capacidad de producir gasotransmisores. El objetivo es prolongar la vida útil de la frutilla después de la cosecha, usando levaduras que sean capaces de sobreproducir este gasotransmisor natural. El sistema de preservación que se desarrolla se fundamenta en levaduras originarias de entornos enológicos, las que son sometidas a mejoras genéticas mediante cruzamientos convencionales para producir un gas capaz de generar un efecto en la vida postcosecha de la fruta. Cabe señalar que Chile, aunque es un actor menor en el panorama mundial de la producción de frutillas, destaca por la calidad de su fruta que se cosecha principalmente en las regiones Metropolitana y Maule desde mediados de octubre. Este proyecto busca posicionar al país mediante soluciones innovadoras, como el uso de biotecnología, para extender la vida útil del fruto y reducir pérdidas en postcosecha.
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