Desde el estallido social de 2019, Chile ha experimentado un aumento significativo en la salida de capitales, con inversores buscando destinos más seguros. A pesar de una baja inicial en la incertidumbre política y económica y una mejora macroeconómica general, el primer semestre de 2024 registró salidas de capitales por US$3.157 millones, un aumento del 178% respecto al mismo período del año anterior, y superior incluso a la totalidad del año 2022. Este fenómeno ha persistido a pesar de la estabilización de procesos constitucionales y la implementación de reformas tributarias y previsionales más consensuadas. Los expertos sugieren que, más allá de la estabilidad interna, las empresas y personas continúan diversificando sus inversiones, motivadas por rendimientos más atractivos en otras economías emergentes, como Perú en agricultura, Argentina en litio, y el sector inmobiliario y turístico en Paraguay. La comparativa de los montos de salida destaca un panorama preocupante: entre 2020 y mediados de 2024, se han retirado un total de US$23.740 millones de Chile. Este sostenido flujo de capitales al extranjero plantea interrogantes sobre la capacidad de Chile para generar retornos atractivos para los inversionistas, en medio de un ciclo económico desafiante y un ambiente de creciente competencia global.
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