La conexión entre la salud bucal y el bienestar general adquiere nueva relevancia con investigaciones que vinculan la higiene dental con la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Estudios recientes demuestran que las bacterias orales, particularmente Porphyromonas gingivalis asociada a la periodontitis, pueden migrar al torrente sanguíneo y alcanzar el cerebro, desencadenando procesos inflamatorios que contribuyen al desarrollo de esta condición. La evidencia científica es contundente: personas con enfermedad periodontal no tratada presentan hasta 2,5 veces más riesgo de accidente cerebrovascular y casi el triple de probabilidades de desarrollar cardiopatías. En el caso del Alzheimer, que afecta a más de 57 millones de personas globalmente, se ha detectado una concentración siete veces mayor de bacterias orales en cerebros de pacientes fallecidos comparado con individuos sanos. La periodontitis genera una inflamación crónica que trasciende la cavidad bucal. Las toxinas bacterianas y las moléculas inflamatorias liberadas durante la respuesta inmune pueden cruzar la barrera hematoencefálica, promoviendo neuroinflamación y acumulación de proteína beta-amiloide, característica patológica del Alzheimer. Investigaciones en modelos animales confirman que la exposición prolongada a estas toxinas produce deterioro cognitivo y memoria.
Suscríbete al boletín:
Suscribete Gratis




