Este lunes, el Ministerio del Interior británico reconoció que casi 4.000 migrantes han sido detenidos, desde que el laborismo llegó al poder, como parte del objetivo del Gobierno de combatir la inmigración ilegal. Los arrestos han tenido lugar en salones de salones de manicura, lavaderos de coches y restaurantes. Desde el 5 de julio de 2024 y hasta el 31 de enero de 2025, los agentes de inmigración arrestaron a 3.930 personas en 5.424 establecimientos, lo que supone un aumento del 38 % en comparación con el mismo período del año anterior, según datos oficiales. Solo en el mes de enero de este año, los agentes allanaron 828 establecimientos y detuvieron a 609 personas, un 73 % más que en el mismo mes de 2024. Las autoridades británicas afirman que a las personas que entran en el Reino Unido de manera irregular, se les hacen falsas promesas sobre las posibilidades de vivir y trabajar, lo que les alienta a realizar viajes peligrosos, como cruzar el Canal de la Mancha (entre Francia e Inglaterra), organizados por bandas criminales. Sin embargo la realidad al llegar es muy distinta: estos migrantes viven en malas condiciones y se les obliga a trabajar largas horas para empleadores que evaden impuestos. La ministra del Interior, Yvette Cooper, ha asegurado que el Gobierno está aplicando la ley contra estas prácticas a niveles records, como “nunca antes lo había hecho”.
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