La Gendarmería de Chile ha implementado medidas disciplinarias severas tras la fuga de Amílcar Olivares Cárdenas desde el Centro Penitenciario Colina II. El director nacional, coronel Rubén Pérez, confirmó la suspensión de seis funcionarios, de los cuales cinco han sido desvinculados definitivamente. Estas decisiones se basan en un sumario administrativo que reveló una serie de fallas operativas graves e injustificadas en los protocolos de seguridad del recinto. Entre los suspendidos se encuentran dos oficiales, incluido el jefe de unidad, evidenciando deficiencias en la cadena de mando. El ministro de Justicia, Jaime Gajardo, calificó el incidente como lamentable y subrayó que el reo logró evadir múltiples controles internos, lo que ha motivado una investigación exhaustiva para determinar responsabilidades adicionales, sin descartar posibles actos de corrupción. El fugitivo, quien estaba en prisión preventiva por robo con intimidación, fue recapturado días después en Lo Espejo tras intentar engañar a Carabineros con una identidad falsa durante un control rutinario. Tras su detención, fue identificado mediante sistemas del Registro Civil y trasladado a un centro asistencial para evaluación médica. Actualmente, enfrenta cargos por ocultación de identidad y la orden pendiente por su delito original.
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