Tras el deceso del Papa Francisco, a los 88 años de edad, debido a un derrame cerebral que le provocó una insuficiencia cardíaca irreversible, la madrugada de este lunes, comenzaron los preparativos para sepultar a quién la vida civil, llevara por nombre, Jorge Mario Bergoglio, en una ceremonia inusual para los estándares del Vaticano. El fallecido Pontífice, será enterrado en la Basílica Santa María la Mayor en Roma, su Iglesia predilecta, y no como ha sido tradicional en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, como sus predecesores, ello, según sus propias instrucciones que datan de hace dos años atrás. Pidió eso sí, que su sepulcro sencillo, sin decoración, sólo tuviera la inscripción: “Franciscus” y que estuviera cerca de la estatua de la Virgen María, “la Regina della Pace” (la Reina de la Paz). Fue tanta su cercanía con esta iglesia, que cuando le dieron el alta médica, se dirigió a ella a rezar, como primera actividad, tras salir del Hospital Gemelli de Roma. El Papa Francisco fue un reformador en vida. Criticó el trato del capitalismo a los pobres, protegió el medio ambiente, nombró a 83 nuevos cardenales, preferentemente de Asia-Pacífico y Latinoamérica. En señal de duelo, las luces se apagaron este lunes en el Coliseo en Roma y en la Torre Eiffel en París.
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