El aumento del precio de alimentos básicos y la pérdida de ingresos reales estaría estancando todavía más la economía rusa y alienta el descontento social. Con más de 145 millones de habitantes, la inflación se incrementó el año pasado hasta el 4,9%, superando con creces las expectativas de los analistas y la pandemia aumento los precios de bienes esenciales y debilitó al rublo.
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