El fútbol chileno está de luto tras la muerte de Hernán Godoy, conocido cariñosamente como “Clavito”, a los 83 años, tras luchar contra un hepatocarcinoma metastásico. Su deceso se produjo en la casa de una de sus hijas, marcando el final de una vida dedicada al fútbol tanto en la cancha como en la dirección técnica. Durante su hospitalización en febrero, la comunidad futbolística ya había mostrado su apoyo a través de una actividad benéfica, destacando su impacto en el deporte y en quienes lo rodeaban. Esteban Paredes, uno de los más destacados pupilos de Godoy, y la dirigencia de Santiago Morning confirmaron la noticia. A lo largo de su vida, Godoy no solo dejó su huella como jugador y técnico, sino que también revolucionó el fútbol chileno con su enfoque táctico y su personalidad única. Sus colaboradores, como Justo Farrán, lo recuerdan por su autenticidad y su enfoque intransigente en el juego, que incluía enseñanzas sobre la marcación personal y la preparación física intensa de sus equipos.
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