Miguel Castillo, académico de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile, asegura que la combinación de altas temperaturas y la mayor carga de vegetación combustible existente, producto de las lluvias, pueden incidir en la propagación y agresividad de los incendios forestales durante el verano. Durante el pasado mes de febrero, se dieron una serie de siniestros con múltiples focos entre las regiones de O’Higgins y Los Lagos. Para este verano 2024, la proyección anuncia posibles megaincendios, por lo cual las autoridades, han definido diversas medidas de prevención para anticiparse y prevenir el desarrollo de grandes emergencias, principalmente por los anuncios de altas temperaturas y olas de calor. “Cuando las temperaturas son inusualmente altas, pero no prolongadas en el tiempo, como una ola de calor, no necesariamente es una relación causa-efecto con la ocurrencia de incendios forestales. Ahora bien, si las temperaturas son sostenidamente altas, cosa que se está haciendo muy frecuente en la zona centro-sur de Chile, es más factible que esté asociado a una mayor probabilidad, no tanto de ocurrencia de incendios forestales, sino de una propagación más violenta del fuego”, asegura el profesor Castillo.
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