El COVID prolongado se ha convertido en un importante foco de atención para la medicina a nivel internacional y es que cada vez surge más evidencia científica acerca de los problemas que podría ocasionar para la salud de las personas. La Organización Mundial de la Salud lo define como “la condición post-COVID-19 que ocurre en individuos con un historial de infección probable o confirmada por SARS-CoV-2, generalmente 3 meses desde el inicio, con síntomas que duran al menos 2 meses y que no pueden explicarse por un diagnóstico alternativo.” Se estima que al menos 65 millones de personas en todo el mundo sufren de COVID Prolongado, donde el 30% corresponde a casos leves y del 70% se asocia a síntomas moderados o graves. Tal como explica la Dra. Alejandra Massoc, especialista en Enfermedades Infecciosas Pediátricas y Directora Médica de Vacunas del Laboratorio Tecnofarma, “el COVID prolongado puede afectar a múltiples órganos y hasta la fecha han sido identificados más de 200 síntomas que pudieran presentarse a largo plazo en los pacientes afectados, teniendo un impacto en su calidad de vida, que podría persistir por años”. Además, puntualiza que las nuevas condiciones comunes asociadas incluyen enfermedades cardiovasculares trombóticas y cerebrovasculares, diabetes tipo 2 y trastornos neurológicos, entre otros.
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