El actual verano de 2024 ha sido el más caluroso de la historia de Europa, según un informe del Servicio de Cambio Climático Copernicus (C3S) de la UE. Las temperaturas medias de junio a agosto fueron 1,54 grados centígrados superiores a las del período 1991-2020, lo que supone una diferencia de 0,2 grados centígrados con respecto al récord anterior, establecido en 2022. El sur y el este de Europa sufrieron las olas de calor más severas, con temperaturas que a menudo superaron los 40 grados centígrados. En países como Eslovaquia, Rumania y Croacia, las intensas olas de calor provocaron sequías generalizadas, mientras que en el noreste de Croacia, dos meses de condiciones sin lluvia provocaron pérdidas agrícolas con una caída del rendimiento de los cultivos de entre el 30% y el 40%. El calor extremo también resultó mortal: España registró más de 2.000 muertes relacionadas con el calor en julio y agosto, según el Instituto de Salud Carlos III. Un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona estima que más de 47.000 personas murieron en toda Europa el verano pasado debido al calor extremo. Esto lo convierte en el segundo año más mortífero en muertes relacionadas con el calor después de 2022.
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