El trabajo académico pudo detectar presencia de la inmunoglobulina G en el 77% de los vacunados con Sinovac y 95% en quienes recibieron dosis de Pfizer, dos semanas después de la segunda dosis. Con el tiempo, se produciría una baja en la protección de la vacuna china, que no necesariamente es peligrosa, ya que habría activado otros mecanismos de defensa del organismo. Y en el caso de Pfizer, si se mantendría inalerable dicha inmunidad. No obstante, para ambos casos, autores del estudio recomiendan aplicar una tercera dosis de refuerzo.
Cuando los casos del Covid están a la baja en el país, la campaña de vacunación del Minsal, apunta a los grupos etáreos que por alguna razón no se han vacunado y aquellos que les correspondería una tercera dosis de refuerzo. En este último caso, frente a la reticencia de muchos vacunados de hacerlo con una dosis distinta a la original, los laboratorios responden con estudios concretos sobre esta opción.
El miedo a “mezclar” vacunas es latente y está en el inconsciente colectivo de las personas. Relatos sobre “lo mal que le hizo a mi tía, amiga o pareja, tal tercera vacuna”, se viralizan en las redes sociales de forma meteórica, acrecentando la decisión de esperar hasta que esta vacuna de refuerzo, sea efectivamente segura y no provoque efectos no deseados, más allá de los normales.
Frente a estos temores, da mucha tranquilidad saber los resultados de un estudio de la Universidad de Chile, que detectó una alta presencia de la inmunoglobulina G (IgG) contra el virus SARS-CoV-2 en la población inoculada en Chile, tanto con las vacunas de Sinovac como de Pfizer. Los resultados muestran que dos semanas después de recibir la segunda dosis la positividad del anticuerpo IgG para los vacunados aumentó.
En el caso de Sinovac, esta inmunidad llegó al 77%, mientras que en quienes se vacunaron con Pfizer, superó al 95%. “A medida que va pasando el tiempo, los vacunados con Sinovac comienzan a perder parte de esta defensa, llegando a detectarse casos que han marcado hasta 46% de positividad”, detalla el Dr. Miguel O’Ryan, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
Todo lo contrario ocurre con Pfizer, señala el estudio. “Con ella la positividad se sostiene en el tiempo, manteniéndose inalterable hasta 28 semanas, es decir tras 7 meses de haberse puesto esta vacuna, se mantendría vigente la inmunidad frente al Covid-19”. Pese a estas claras diferencias, no se puede sostener que el Gobierno se haya equivocado en elegir a Sinovac como la vacuna más masiva en el país.
“Si bien para Sinovac se ve una caída de IgG (en el tiempo) eso no significa necesariamente que esté disminuyendo la protección”, señalan los autores del estudio. “Claramente el 75% inicial sostiene que hubo respuesta de inmunidad y que se gatillaron otros mecanismos de seguridad que van más allá en el tiempo”, sostienen en la Chile. “No obstante, como precaución, es bueno pensar en una tercera dosis de refuerzo”.
Es un aporte más de Publimicro.
Suscríbete al boletín:
Suscribete Gratis