El primer debate entre Jeannette Jara y José Antonio Kast, organizado por el Hogar de Cristo, marca un hito clave en la campaña hacia la segunda vuelta presidencial. Con Kast liderando en las encuestas, el comando de Jara apuesta a los foros televisivos como plataforma para cerrar la brecha, enfocándose en temas valóricos como los derechos de las mujeres, incluidos el aborto en tres causales y la píldora del día después. Jara ha endurecido su discurso, acusando a Kast de ser un peligro para las mujeres y buscando capitalizar el voto femenino, aunque el formato del debate limita la confrontación directa. La estrategia de Jara, diseñada antes de la primera vuelta, prioriza los debates sobre otros espacios de campaña, como la franja electoral. Su equipo lamenta la ausencia de Kast en eventos televisivos previos, interpretándola como una evasión de temas incómodos, como recortes presupuestarios y asesores vinculados a escándalos. Para prepararse, Jara cuenta con asesores del PS y su equipo de comunicaciones, buscando reforzar su ofensiva contra las propuestas republicanas. Por su parte, Kast mantiene un enfoque cauteloso, evitando riesgos al centrarse en criticar al gobierno de Boric y en detallar sus propuestas, sin cambios significativos en su libreto. Su comando subestima el impacto de los debates en el resultado final, confiando en su ventaja inicial.
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