José Antonio Kast, en su primera semana como presidente electo de Chile, ha delineado una estrategia clara para marcar diferencias con el estilo de su predecesor, Gabriel Boric. Más allá de los gestos republicanos tradicionales, Kast ha enfatizado un enfoque estructurado y preparado, buscando proyectar una imagen de unidad y eficiencia desde el inicio. Una de sus primeras acciones fue un viaje a Buenos Aires para reunirse con el presidente argentino Javier Milei, un movimiento que no solo establece una señal temprana en política exterior, sino que también contrasta con la ausencia de encuentros previos entre Boric y Milei. Este viaje, organizado en secreto antes de la segunda vuelta, incluyó una delegación empresarial de alto nivel, reflejando un interés en fortalecer lazos económicos. Kast ha operado desde una sede denominada ‘La Moneda chica’ en Las Condes, un espacio habilitado para la transición, a diferencia de la improvisación que caracterizó el inicio de Boric en 2021. Aquí, su equipo ha trabajado en la formación del gabinete y en la planificación de medidas para los primeros 90 días, con un enfoque en seguridad y crecimiento económico. Además, ha anunciado la reposición del cargo de primera dama y su decisión de residir en La Moneda, evitando gastos adicionales en vivienda, lo que subraya un mensaje de austeridad.
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