"Esto no, ya no prendió" | Publimicro

«Esto no, ya no prendió»


Ernesto Reinoso Rojas
DIRECTOR Y ENCARGADO DE ESTUDIOS DE OPINIÓN CONTEXTUS
Sociólogo, © Magíster en Ciencias Sociales / Profesor Universitario y Asesor Político / Comunicacional

La baja de José Antonio Kast es evidente. No lo digo solo a partir de las encuestas nacionales en materia política, sino principalmente por la energía que proyecta su imagen en la actualidad. En redes sociales y en la opinión pública, ya no se percibe esa fuerza que en su momento lo caracterizó o que se asociaba a su figura.

Tal como he señalado en columnas anteriores, ese espacio parece haber sido ocupado por Johannes Kaiser. La figura del controversial político ha refrescado el panorama, imponiendo un lenguaje directo y que simplemente cumple, de una u otra forma, en sintonizar eficazmente con las urgencias de un sector de la ciudadanía que hoy por hoy, se fascina con ideologías populistas o extremas. La política es así: cambiante y sorpresiva. Es altamente probable que la influencia de Kast siga disminuyendo mientras que la de Kaiser continúe creciendo. Si el diputado llega a posicionarse entre los 15 y 20 puntos en las encuestas de aquí al mes de marzo, podríamos estar ante un escenario prácticamente definitivo: Kast estaría políticamente aniquilado.

Pensar que José Antonio Kast alcance la papeleta en noviembre es un escenario altamente complejo considerando la realidad política actual. No obstante, recalco que esta posibilidad parece mucho más cercana en la figura de Johannes Kaiser, cuyo crecimiento aún no ha alcanzado su techo. Además, los problemas de seguridad pública, tan presentes y alarmantes en el día a día de nuestro país, refuerzan esta tendencia. Por ejemplo, el reciente y conmovedor caso del asesinato de un adulto mayor ciego en Santiago, hace eco de una demanda creciente por respuestas contundentes, con todo y sus consecuencias.

La presión resta tiempo a la reflexión ciudadana. En este contexto, la energía del discurso parece estar más alineada con Kaiser que con el candidato presidencial del Partido Republicano, quien alguna vez capturó el respaldo del sector que buscaba «mano dura». Ahora, esa «mano durakastiana” parece haberse debilitado en comparación con el mensaje extremista, aunque muy efectivo para las masas que claman por esas soluciones extremas, del diputado.

Tal como he sostenido en otras columnas publicadas por este medio, esta historia está lejos de terminar. Nos encontramos en pleno desarrollo de un capítulo político fascinante, y tendremos que seguir atentos/as a su evolución, solo esperemos que el guionista de Chile, no nos sorprenda tanto, o tantas veces el 2025.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Publimicro.

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