La Casa Blanca ha dado un paso significativo hacia la regulación de la inteligencia artificial (IA) dentro del gobierno federal. Esta medida se produce cinco meses después de que el presidente Joe Biden firmara una orden ejecutiva que aborda el rápido avance de la tecnología de inteligencia artificial. La política recientemente introducida tiene como objetivo controlar el uso de la IA por parte del gobierno e incluye medidas para reducir el riesgo de sesgo algorítmico. La vicepresidenta Kamala Harris subrayó la importancia del uso responsable de la IA en su declaración. Expresó su creencia de que los líderes del gobierno, la sociedad civil y el sector privado tienen el deber moral, ético y social de garantizar que la IA se adopte y avance de una manera «que proteja al público de daños potenciales y al mismo tiempo garantice que todos puedan disfrutar de sus beneficios». La política identifica que un sistema de IA tiene un impacto en la seguridad, si influye significativamente en ciertas actividades y decisiones en condiciones del mundo real. Estos incluyen mantener la integridad electoral, controlar funciones críticas de seguridad de la infraestructura como sistemas de agua, servicios de emergencia, redes eléctricas, vehículos autónomos y operar movimientos físicos de robots en diversos entornos. .
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