La reciente victoria de Robert Fico, un ex primer ministro que adoptó una postura prorrusa en las elecciones parlamentarias de Eslovaquia, ha generado preocupación en Occidente. Este evento, destacado por The New York Times, refleja una creciente erosión del apoyo a Ucrania en Occidente a medida que la guerra se prolonga y el frente de batalla permanece en gran medida estático. Eslovaquia, un país con históricas simpatías hacia Rusia, se encuentra en una encrucijada política, y no está claro hacia dónde se inclinará el gobierno de coalición que Fico busca formar. Puede optar por un enfoque pragmático, similar a la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni. Sin embargo, el cambio en la postura de Eslovaquia es notable, ya que fue uno de los primeros países en proporcionar aviones de combate a Ucrania. Estos desarrollos ocurren en un momento en que aumenta la preocupación sobre los miles de millones de dólares en ayuda militar proporcionada por Occidente a Ucrania en los últimos 19 meses. Existen crecientes demandas en Estados Unidos y la Unión Europea para redirigir estos recursos hacia prioridades internas. La situación política en Eslovaquia plantea interrogantes sobre el futuro de las relaciones de Occidente con Rusia en medio del conflicto en Ucrania.
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