El panorama político en Chile se tensa ante la inminente votación de la acusación constitucional contra el exministro de Energía, Diego Pardow. Según análisis recientes, más de la mitad de los diputados aliados del gobierno—que suman 77 en total—se encuentran en una posición de duda o abiertamente a favor de la acusación. En detalle, 16 parlamentarios han adoptado una postura irreductible de apoyo al libelo, mientras que otros 27 mantienen reservas, lo que complica la estrategia defensiva del Ejecutivo. La oposición, que actualmente cuenta con 75 votos, necesita solo dos adhesiones adicionales de diputados oficialistas para alcanzar la mayoría requerida en la Cámara, o bien, que tres de ellos se ausenten el día de la votación, dado que las acusaciones se aprueban con la mayoría de los presentes. Esta situación ha llevado al gobierno y a la defensa de Pardow a considerar la Cámara como una ‘zona de sacrificio’, donde las probabilidades de éxito son limitadas. Recientes gestiones, como la visita del ministro del Interior Álvaro Elizalde al Congreso, han confirmado este escenario adverso. La defensa del exministro planea enviar sus descargos el 12 de noviembre, tras lo cual la comisión ad hoc presidida por el diputado Jaime Mulet decidirá si acelera la votación antes de las elecciones del 16 de noviembre o la posterga.
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