La ex fiscal general militar de Israel, Yifat Tomer-Yerushalmi, ha sido detenida tras admitir su responsabilidad en la filtración de un video que muestra a soldados israelíes cometiendo abusos sexuales y torturas contra un detenido palestino en la cárcel de Sde Teiman en julio de 2024. Este caso ha desencadenado una crisis interna en el país, poniendo de relieve acusaciones sistemáticas de maltrato a prisioneros palestinos. El incidente, que incluye agresiones con objetos punzantes que causaron lesiones graves al recluso, ha sido calificado por el primer ministro Benjamin Netanyahu como un «ataque propagandístico» que daña la imagen de Israel. Mientras organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional denuncian prácticas generalizadas de tortura en centros de detención, las autoridades israelíes insisten en que se trata de casos aislados bajo investigación. La detención de Tomer-Yerushalmi y la subsiguiente investigación penal reflejan la tensión entre la transparencia y la seguridad nacional, en un contexto donde miles de palestinos permanecen recluidos, muchos sin cargos formales. Este escándalo no solo expone abusos específicos, sino que intensifica el debate sobre el cumplimiento de los derechos humanos en el conflicto israelí-palestino, con repercusiones políticas y jurídicas en curso.
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