Daihatsu, filial de Toyota, detiene la producción en sus cuatro fábricas japonesas debido a la admisión de la manipulación de pruebas de seguridad durante más de 30 años. Cerca de 9,000 empleados se verán afectados por el cierre, programado al menos hasta finales de enero. El escándalo, que involucra a 64 modelos, incluidos los de Toyota, ha llevado a la suspensión temporal de los envíos. Este incidente sigue a violaciones previas en las pruebas de choque y datos incorrectos en vehículos híbridos. Toyota, comprometido con una «reforma fundamental», enfrenta una caída del 4% en sus acciones.
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