A pesar que el MINSAL anhela poder vacunar al 80% de la población para lograr la anhelada “inmunidad de rebaño”, no hay que olvidar que la inoculación es voluntaria. Según la Dirección del Trabajo, «el empleador no puede impedir el ingreso de los dependientes a su lugar de trabajo invocando la falta de vacunación». Si el Gobierno no la exige, menos debe hacerlo el empleador.
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