Pocas veces en la vida, se puede ser testigo del fin de un milagro de la naturaleza. Se trata de la declaración de muerte del A-76A, el iceberg más grande del mundo, cuya masa se calcula en 4.200 kilómetros cuadrados, algo así como el tamaño de Londres, quién se está alejando para siempre de su hogar helado en la Antártida. Una imagen capturada por el satélite Terra de la NASA muestra que la milenaria y gigantesca masa de hielo, flotaba en el extremo sur del paso de Drake, una vía fluvial de 1.000 kilómetros de ancho que conecta los océanos Atlántico y Pacífico. Los icebergs que se deslizan por este pasaje, finalmente son empujados hacia aguas más cálidas, donde poco a poco se van se disolviendo para siempre.
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