A simple vista la carrera presidencial en Chile está relativamente clara. El candidato/a de derecha que logre pasar a segunda vuelta será el que se quedará con La Moneda. Esta lectura, aunque útil, es peligrosa si lleva a los partidos y coaliciones a concentrar allí todos sus recursos. En esta elección el péndulo político está inclinando hacia la derecha y eso ha quedado claro en los sondeos de opinión política. Para delimitar de manera más fina la estrategia política a utilizar, es determinante el desarrollo de encuestas para ver el peso político de cada competidor/a al congreso en sus territorios, ya que la idea es que se reconozcan las ideas fuerza y se maximicen los esfuerzos humanos y económicos al respecto.
Es muy probable que los candidatos/a al congreso no registren fotos de campaña con los/as presidenciales de su sector, si estos, están marcando poco en las encuestas y se enfoquen en una campaña más individual y reconociendo las demandas ciudadanas o “dolores de Chile” como dicen algunos. Finalmente, diría que el escenario electoral presentará un porcentaje mayor de lo habitual en nulos o blancos, ya que se incorporan votantes nuevos por el voto obligatorio, los cuales no tienen adherencia con el actual sistema político presente en nuestro país.
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