Daniel Jiménez J.
Ingeniero Comercial
Director Araucamedia
Mentor RedmentoresUST
Desde la aparición y masificación de Internet, siempre supimos que en algún momento, este se convertiría en una parte integral de nuestra vida cotidiana. Hace algún tiempo, términos como Internet de las Cosas (IoT), ciudades inteligentes o Big Data fueron los protagonistas en las conversaciones sobre tecnología. Estas tendencias prometían cambiar nuestras vidas y revolucionar la forma en que interactuamos con el mundo que nos rodea. Sin embargo, ninguna de ellas logró capturar tanto la atención de la gente como hoy en día lo está haciendo la inteligencia artificial (IA).
Si bien las tendencias mencionadas anteriormente han tenido su impacto y han encontrado aplicaciones en diversos sectores, a menudo se percibían por el común de las personas como conceptos abstractos incluidos en proyectos de gran escala implementados por grandes empresas tecnológicas. Es por eso que la inteligencia artificial ha adquirido enorme popularidad, ya que esta se encuentra al alcance de las personas comunes, quienes están adoptando y utilizando activamente esta tecnología en su vida diaria.
Hoy en día, podemos encontrar asistentes virtuales en nuestros teléfonos inteligentes, algoritmos de recomendación en plataformas de streaming y aplicaciones de reconocimiento de voz, entre otros ejemplos. Por otra parte, la disponibilidad de tecnologías de IA de bajo costo, como las plataformas de código abierto o la posibilidad de interactuar con un chatbot, han permitido a los entusiastas de la tecnología poder experimentar con la IA en sus propios proyectos. Esto ha llevado a una mayor democratización de la tecnología y ha abierto puertas para la innovación a nivel individual y comunitario.
Aunque la inteligencia artificial ha sido ampliamente aclamada como una revolución tecnológica, también podemos considerarla como una moda en ciertos aspectos. Al igual que ocurre con las modas, la IA ha generado entusiasmo, cobertura mediática y expectativas desmesuradas. Es importante tener en cuenta que la tecnología avanza a un ritmo acelerado y lo que hoy es considerado como la última innovación, puede quedar obsoleto en poco tiempo. Pueden surgir nuevas tendencias que capturen la atención del público, desplazando a la IA hacia un segundo plano y convirtiéndola en una moda pasajera. En última instancia, la verdadera revolución radica en cómo utilizamos y desarrollamos la tecnología para abordar los desafíos y mejorar la vida de las personas de manera significativa y sostenible.
Suscríbete al boletín:
Suscribete Gratis