Un avión F-35 de la Armada de los Estados Unidos cayó cuando intentaba aterrizar en el portaaviones USS Carl Vinson, que navega por las aguas del sur del mar de China, que los asiáticos consideran de su propiedad. La nave tiene un valor de cien millones de dólares y el Pentágono está haciendo todos sus esfuerzos parar recuperarlo a la brevedad, antes que los chinos lo alcancen y conozcan su tecnología considerada “top secret”.
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