Un equipo internacional de investigadores logró identificar un gen clave que permitirá desarrollar variedades de tomate resistentes a Orobanche, maleza parásita conocida como la “plaga silenciosa”, que genera pérdidas globales superiores a 10 mil millones de dólares anuales. Este avance, publicado en The Innovation, se basa en la edición genética del gen SlABCG45, encargado del transporte de estrigolactona (SL). Al eliminar este gen, las plantas de tomate adquieren resistencia duradera frente a la maleza sin comprometer el rendimiento ni la calidad de los frutos, lo que representa un hito para la agricultura mundial y, especialmente, para países como Chile, donde el tomate es un cultivo estratégico. Según el Dr. Miguel Ángel Sánchez, director ejecutivo de ChileBio, este descubrimiento abre la puerta a prácticas agrícolas más sostenibles, reduciendo la dependencia de herbicidas y garantizando mayores rendimientos en contextos desafiados por el cambio climático y la creciente demanda de alimentos. La innovación no solo beneficia al tomate, sino que también tiene potencial para aplicarse en otros cultivos afectados por malezas parásitas como girasol, papa y legumbres. Con ello, la biotecnología se posiciona como una herramienta estratégica para proteger la seguridad alimentaria global y fortalecer la resiliencia de los sistemas productivos.
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