Antes de que asumiera el mandatario electo Donald Trump, el Presidente saliente de los Estados Unidos, Joe Biden, se dedicó a emitir indultos preventivos a todos los miembros del comité que investigó el asalto al Capitolio, a policías que testificaron por los delitos cometidos ese día, a Antony Fauci, especialista a cargo de combatir el covid-19 y al ex jefe del Estado Mayor Conjunto, General Mark Milley. Esto con la finalidad de protegerlos de “procedimientos judiciales injustificados y políticamente motivados”, para evitar una venganza del nuevo Presidente Trump. Horas después, el nuevo jefe de Estado era investido como el Presidente número 47 de los EE.UU, en una ceremonia al interior del Capitolio, debido a las gélidas temperaturas en el exterior de Washington. En su discurso inaugural mantuvo su promesa de luchar contra la inmigración, y la diversidad, señalando que la política oficial de los Estados Unidos, sólo reconoce la existencia de dos géneros: masculino y femenino. Trump aseguró que “Estados Unidos volverá a considerarse una nación en crecimiento”, augurando un aumento de riqueza del país y la expansión de territorio”. Sus dichos preocupan a la comunidad internacional, debido a sus ansias de incrementar el territorio estadounidense a expensas de Groenlandia y la idea sui generis de convertir a Canadá, en el estado 51 de la Unión Americana.
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