De acuerdo a los estudios realizados por el investigador y académico del. Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología (Citra) de la Universidad de Talca, Patricio González, el fenómeno de El Niño “se está robusteciendo de acuerdo a los modelos internacionales y eso va a ocasionar que la primavera sea un poco más lluviosa sobre lo normal”. El especialista sindicó que “al calentarse la temperatura del océano Pacífico, producto del Niño, en Chile se manifiesta un aumento de las precipitaciones y temperaturas máximas extremas”. El investigador sostiene que para octubre y noviembre se espera que existan precipitaciones posibles entre 15 a 20 milímetros. Sin embargo, estas lluvias son desfavorables para los cultivos en primavera, especialmente para los frutales. “En el caso de la cereza, la lluvia asociada al calor genera partición del fruto y lo deja fuera de los mercados. Además, como se esperan temperaturas de 30 ó 32 grados para octubre, se van a generar eventualmente condiciones tropicales dentro de los racimos asociadas al calor y la humedad, lo que podría provocar enfermedades fungosas», sostuvo el académico González. Es importante que después de las lluvias de octubre, se hagan “aplicaciones químicas respectivas y reducir los daños”, finalizó el acdémico.
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