La crisis humanitaria en Sudán alcanza niveles críticos, con organizaciones internacionales como UNICEF y Save the Children alertando sobre el deterioro acelerado de las condiciones de vida de la población civil. El conflicto armado entre las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) y el gobierno sudanés ha desencadenado una ola de violencia en regiones clave como El Fasher, donde se reportan ejecuciones masivas, saqueos y desplazamientos forzados. Según datos de UNICEF, más de 3,2 millones de niños menores de cinco años padecen desnutrición severa, y aproximadamente 772,000 están en riesgo inminente de muerte sin acceso inmediato a tratamiento. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que cerca de 21,2 millones de personas enfrentan inseguridad alimentaria alta, con 375,000 en estado de hambruna. Save the Children enfatiza la urgencia en Al Fasher, donde 260,000 residentes carecen de ayuda vital debido a bloqueos logísticos y la inseguridad reinante. Tras la toma de la ciudad, se estima que más de 2,000 civiles han fallecido, en lo que organizaciones humanitarias califican como limpieza étnica. La situación se agrava por la imposibilidad de acceder a zonas afectadas, como la carretera entre Al Fasher y Tawila, descrita como una ‘tierra de nadie’ con altos índices de violencia. Esta crisis subraya la necesidad urgente de corredores humanitarios y apoyo internacional para evitar una catástrofe mayor.
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