El Ejército de Chile enfrenta una severa crisis presupuestaria que compromete su capacidad operativa para finalizar el año. Durante su comparecencia ante la segunda subcomisión mixta de Presupuesto del Congreso, el comandante en jefe Javier Iturriaga reveló un déficit acumulado de $40.000 millones, resultado de recortes fiscales y tareas extraordinarias no presupuestadas. El desglose financiero muestra que $19.000 millones corresponden a remuneraciones, beneficios y capacitaciones del personal; $5.000 millones al aumento salarial de conscriptos no asignado en el presupuesto; y más de $14.000 millones a los despliegues militares en las macrozonas norte (control migratorio fronterizo) y sur (seguridad en La Araucanía y Biobío). Iturriaga advirtió que la institución «no está en condiciones de terminar el año» y ha implementado medidas de contención como suspender la reinstrucción de reservas, postergar pagos de gratificaciones y detener contrataciones. La situación afecta incluso la capacidad para resguardar procesos electorales, donde cada elección requiere aproximadamente $2.700 millones que aún no han sido destinados. Desde el Ministerio de Defensa, la ministra Adriana Delpiano reconoció el problema pero trasladó responsabilidades a la Dirección de Presupuestos, asegurando que se están tramitando decretos para restituir fondos durante 2025.
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