La producción mundial de cerezas enfrenta una severa contracción debido a crisis productivas en regiones clave como Turquía, Europa y Estados Unidos. Esta reducción significativa en la oferta ha generado un aumento abrupto en los precios internacionales, creando un escenario favorable para los productores del Hemisferio Sur. Países como Chile y Argentina se posicionan para capitalizar esta situación, con expectativas de obtener valores elevados en los mercados del norte durante sus temporadas de cosecha. En Jujuy, Argentina, se ha logrado un hito histórico al inaugurar la cosecha más temprana de cerezas en Sudamérica, lo que podría permitir una mejor sincronización con la demanda global. Paralelamente, Chile proyecta duplicar su producción en Ovalle para octubre, apuntando a fortalecer su presencia en mercados como China, donde las importaciones de frutas han mostrado un crecimiento exponencial. Esta coyuntura subraya la importancia de estrategias de diversificación y adaptación en la fruticultura para mitigar riesgos y aprovechar oportunidades en un mercado volátil.
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