El sector forestal chileno enfrenta una crisis profunda, con el cierre de 169 aserraderos en los últimos cinco años, según informes de la Asociación Nacional de Pequeños y Medianos Empresarios Industriales de la Madera (Pymemad). Este declive ha resultado en más de 3.500 despidos directos y afecta a aproximadamente 10.000 trabajadores indirectos, generando un impacto socioeconómico significativo, especialmente en las regiones del Bío Bío y Ñuble, donde la industria está más concentrada. A nivel nacional, la actividad ha registrado una caída del 20%, exacerbando el desempleo y el empobrecimiento del sector. Michel Esquerré, presidente nacional de Pymemad, atribuye la crisis a múltiples factores, incluyendo el estancamiento de las exportaciones, la incertidumbre en el mercado internacional debido a los aranceles impuestos por Estados Unidos, y la falta de políticas gubernamentales a largo plazo. Además, la disminución en la construcción ha reducido la demanda interna de madera, agravando la situación. Víctor Sandoval, presidente de Pymemad para Bío Bío-Ñuble, destaca que el cierre de empresas no solo afecta a los empleados, sino también a las comunidades locales donde operan.
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