Jaime Naranjo, exdiputado del Partido Socialista, causó conmoción al anunciar su renuncia en una reunión de la bancada socialista, donde advirtió que no participaría si la presidenta del partido y senadora por el Maule, Paulina Vodanovic, asistía. La tensión subraya un descontento creciente dentro del partido, particularmente por el apoyo inseguro hacia las reelecciones de varios diputados y la posibilidad de que Vodanovic priorice su propia reelección senatorial. La directiva del partido, en respuesta, optó por no escalar el conflicto y mantener a Naranjo como miembro de la bancada con todas sus prerrogativas, ahora como independiente. Este conflicto interno revela una división más amplia dentro del partido, con al menos cinco de sus 13 diputados expresando preocupaciones similares sobre el futuro electoral y el apoyo de la directiva. La situación de Naranjo no es aislada, con varios diputados inquietos por la falta de garantías de apoyo para sus futuras campañas, particularmente con el potencial reemplazo de Naranjo por Rodrigo Hermosilla, exconsejero regional que ya ha anunciado su candidatura. Además, hay especulaciones de que Vodanovic podría estar considerando otras regiones para su candidatura al Senado si su elección en el Maule se complica, lo que ha sido percibido como “turismo electoral”. Esta inestabilidad y la falta de confianza en el liderazgo de Vodanovic están exacerbando las tensiones dentro del PS, ya afectadas por resultados desfavorables en elecciones municipales y regionales recientes.
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