El Subsecretario del Interior, Luis Cordero, abordó la polémica surgida tras los comentarios del Cardenal Fernando Chomalí respecto al aplazamiento del proyecto de aborto libre anunciado por el Presidente Gabriel Boric. En respuesta a las críticas del Cardenal, quien calificó como “un gran regalo” dicho aplazamiento, la Ministra de la Mujer, Antonia Orellana, afirmó que las decisiones gubernamentales no están influenciadas por los deseos de los líderes eclesiásticos. Cordero clarificó que las declaraciones de Orellana buscaban subrayar que el retraso en la presentación del proyecto no obedecía a presiones eclesiásticas sino a otros factores, destacando la separación entre la política pública y las opiniones religiosas. Por otro lado, Cordero defendió la actitud del Cardenal Chomalí en temas de derechos humanos y migración, señalando su buena disposición en estas áreas, a pesar de las diferencias en cuanto al aborto. El subsecretario también descartó que las palabras de la Ministra Orellana fueran sarcásticas, interpretándolas como un refuerzo al enfoque del gobierno sobre la necesidad de avanzar en el proyecto de ley de aborto basado en argumentos de política pública y no en creencias religiosas. Este episodio resalta las tensiones entre la política gubernamental y las posturas de la Iglesia, subrayando la complejidad de legislar en temas que intersectan lo público y lo espiritual.
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