La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) reveló que durante años permitió que atletas estadounidenses compitieran a pesar de haber dado positivo en pruebas de dopaje. Esta insólita situación fue autorizada bajo la justificación de que su participación ayudaría a descubrir a otros deportistas implicados en prácticas de dopaje. La revelación pone en cuestión la integridad de la competencia deportiva, uno de los pilares que el Código Mundial Antidopaje intenta salvaguardar. La USADA, agencia de dopaje de EE.UU., es señalada directamente por permitir que atletas dopados continuaran en competición, una práctica contraria a las regulaciones internacionales y que amenaza el espíritu del deporte justo. La AMA, que se enteró de estas acciones en 2021, ordenó a EE.UU. cesar esta práctica, aunque no aplicó sanciones directas. El comunicado explica que algunos atletas, bajo la supervisión de la USADA, actuaron como informantes internos sin ser sancionados, lo que implicaba una violación de las normas establecidas. Esta situación no solo se mantuvo en secreto, sino que también evitó las consecuencias habituales como la descalificación de resultados o la devolución de premios monetarios. Esta controversia surge poco después de que la AMA aceptara también el dopaje de cuatro atletas chinos bajo circunstancias cuestionables, argumentando contaminación accidental. Esta serie de eventos subraya un problema más amplio de politización y tensiones geopolíticas en la lucha contra el dopaje, situando a la AMA en el centro de críticas y dilemas éticos sobre su capacidad para mantener la equidad y la justicia en el deporte internacional.
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